Hoy vamos a hablar en nuestro post de algunos barcos abandonados. Porque los hay y muchos. Buques que descansan varados en playas o sumergidos en las profundidades del mar. Y todos cuentan con un halo de misterio que fascina.

Comenzamos hablando del “Panagiotis”, un barco que transportaba tabaco de contrabando cuando fue sorprendido por una patrulla. En la persecución el buque se dio de bruces con las rocas de la playa de la isla de Zante (Grecia) y allí se quedó varado. Actualmente muchos turistas lo visitan y se hacen fotos.

Seguimos con el “Titanic”, ¿quién no lo conoce?… En su día fue el barco más grande jamás construido. Sus dimensiones eran descomunales; 269,1 metros de eslora (largo) y 28,2 metros de manga (ancho). En su interior albergaba 5.890 toneladas de carbón. En 1980 el petrolero millonario de Texas, Jack Grimm, financió las primeras expediciones para buscar sus restos. La localización exacta se descubrió en 1985 gracias a Robert Ballard y Jean-Louis Michel, ambos pertenecientes a un equipo franco-estadounidense que se creó ex profeso para localizar este buque. Actualmente la empresa Deep Ocean Expeditions organiza viajes turísticos para visitar el Titanic. Hay que recordar que el barco se encuentra a 3800 metros de profundidad. El precio por persona es de 59.690 dólares.

Otro barco abandonado, y que también traemos aquí, es el “Mary Celeste”. Este buque, que es de los que más fascinación produce, fue encontrado allá por 1.800 abandonado en aguas del océano Atlántico. No había nadie en el. Sin embargo, las bodegas contenían víveres suficiente.

El “Lyubov Orlova” es un barco que tiene todos los boletos para convertirse en un buque fantasma. Lleva a la deriva solamente unos meses. Actualmente se encuentra en mitad del océano Atlántico. En su interior alberga, entre otros materiales, combustible. Esto lo convierte en un peligro potencial caso que se hundiera o colisionara con otros barcos. La pregunta es; ¿por qué nadie quiere hacerse cargo de el sin tan peligroso es?, pues sencillamente porque quien lo rescatara se convertiría automáticamente en su dueño y, por tanto, tendría que hacerse cargo de sus deudas. Así lo dictan las leyes marítimas internacionales.

Terminamos este post con el “Zebrina”. Este buque partió de Inglaterra a Francia en 1917. Dos días después de iniciar su trayecto apareció sin gente y a la deriva. Nunca se supo que ocurrió con la tripulación. Se especula con que fuera secuestrada por un submarino alemán.